© √ictoriano Rodríguez Dávila
Tiempo constante y
latencia absurda.
Pavorosa capacidad
de entes encadenados
en algo abstracto.
Cambios melodiosos
y quebranto de tiempo persistente,
en minutos que se
agotan
y horas que pasan
en espacios reducidos
a razones ingenuas.
Locura inmersa en
una verdad
de placeres ataviados de vacío
en cuerpos adornados de moda
y un llegar a destiempo.
Paciencia huidiza
en sensaciones al alza
alargadas en el trayecto
de separar las contracciones del espíritu
en la realidad neurótica
de un punto infinito
derrochador de
errores.
Fantasmas de locura
de un resuello encapotado
en coraza desplumada
y vagos pensamientos
de reacciones inservibles
por el cansancio acumulado
en el polvo de los zapatos
con tanto jalar derivas.
Conil de la
Frontera, marzo 2016