Tragos de vida.

Tomar asiento en un beso, 
descansar de obsesivas funciones, 
de disposiciones benéficas.
Prolongación de caderas, 
desconcierto infantil
en improvisación salvaje.
Estado ausente, amortiguado, 
contrario al pesimismo
preludiando la eclosión
de un pensamiento irreflexivo
que culminó bajo sábanas 
y olor casero a manzanas.

                                         ... de "Luces y palabras". ©Victoriano Rodríguez Dávila