© Victoriano Rodríguez Dávila
..., y no comulgo desde que tenía diecisiete, preu. Lo que voy a referir ya lo practicaba junto a otros colegas desde quinto, cuando en "comandita" cuatro compañeros de farras colegiales, decidimos no contarle al cura de turno las veces que nos la cascábamos ..., y es que para que no nos diera la tabarra el padre espiritual, no estuvieran todo el día vigilantes con nosotros y por tanto puntos menos en conducta y domingos sin salir, nos tenían que ver comulgar porque así éramos buenos, y sí, lo hacía aunque fuese bajo pecado. Siempre consideré, casi desde niño que las cosas íntimas en soledad o con una mujer, son de uno o de los dos y no hay que pregonarlas, además nunca creí, ni creo, en el secreto de confesión máxime cuando uno sabe lo que gusta el paliqueo en corrillo, además se sabe que con el sacrilegio se ha mirado para otro lado históricamente, eso sí dependiendo de los quilates de la alcurnia del sacrílego en cuestión.
Me
explico.
En
cierta ocasión me dicen:
- “Cuando
entraron los socialistas había que
cederles la acera.”
- “Me
tuve que censar en otro pueblo porque me acosaban”.
Es para
llamar la atención, ¿no?.
Individuos
con tal bagaje, con tanta preparación, con esa abundancia de virtudes y
conocimientos, con varios títulos universitarios, cómo es qué se dejan avasallar de esa manera
en caso de ser cierto, que lo dudo
conociendo a muchísimos militantes de base socialistas y comunistas, concejales, alcaldes, diputados y algún que
otro de nivel más alto, de esa época. La
inmensa mayoría honrados y honestos, aunque también
los hubo que se colaron por la gatera. Y
es que hay gente para todo, pero abundan
quienes no soportan, no interiorizan que
haya otras personas que piensen y actúen de forma distinta a sus cánones, más, si se trata de gente que ideológica y
políticamente se mueven o se hayan movido entorno al socialismo democrático,
gentes de rabo, cuernos y tridente, al parecer causa de los males que asedian a
España enterita y por ello no merecen confianza alguna porque siempre persiguen
algo; deshacer la familia, la unidad de
la patria, los sentimientos religiosos, el enfrentamiento entre españoles o enriquecerse.
Puede vivir cada uno como dios le da a
entender, acostarse con quien pueda, divorciarse, “arrejuntarse”, casarse,
abortar, tener catorce hijos, hacer de su capa un sallo, ponerse agustito con
lo que le plazca, defender las ideas que quiera, tener diferentes posiciones
políticas e incluso cambiarlas, dar alternativas a lo que hay, se puede y se
deben organizar eventos al margen de quien administra en un momento determinado
la cosa pública, se debe exigir que se cumplan los derechos constitucionales,
se puede pedir y es de obligado cumplimiento por parte del gobernante de turno
atender y tender la mano a quienes proponen cosas que beneficien social o
culturalmente a todos, y hay que
felicitarles cuando por ambas partes se llega a un entendimiento para llevar
acabo las propuestas, pero no es de recibo que en el “ tótum revolútum”, ese
tipo de gente que mencioné al comienzo del escrito trate de sacar algún
provecho, aunque sea inmaterial, a costa
del trabajo de personas honestas.Pa galimatías, "cosas" del Sr. Rajoy y su compare el
Bárcenas, salud, república y memoria,
compañer@s.