Normas básicas equitación.

 Normas básica “equitación”, según mi criterio,  extraídas  de aquí y de allá, pués hace tres mese comencé a montar, leer sobre el tema y seguir las  lecciones de mi hermano Paco y los consejos de mi amigo Juan. Las considero fundamentales para iniciarse en la relación con estos nobles animales y llevar a buen fin el desarrollo de esta ancestral afición por parte del ser humano.

¿Qué es la equitación?
La equitación consiste en el máximo entendimiento y compenetración que puede llegar a existir entre un animal como el caballo y un jinete. Constituye uno de los deportes olímpicos y engloba una gran variedad de disciplinas, como el salto de obstáculos, la doma clásica, las tradicionales carreras de caballos, etc.
Además, en este tipo de deporte resulta esencial el equipo del caballo y del jinete, así como la seriedad, la responsabilidad en el cuidado y el trabajo y, por supuesto, el afecto por estos grandes y nobles animales.

¿Cuándo surge la equitación?
La historia de la equitación se caracteriza por una gran transformación en la relación hombre-caballo. Esto se explica por la aproximación que se produjo entre ambos, al descubrir las enormes posibilidades de supervivencia que podía proporcionar al ser humano este animal.
Durante miles de años, el caballo sirvió como alimento para el hombre prehistórico. Y será con el sedentarismo cuando se produzca el acercamiento definitivo entre ambos, convirtiéndose el caballo en uno de sus mejores aliados para el trabajo, la caza y también para la lucha,  lo que posteriormente se denominarían caballerías.
Los estudios apuntan a que las escuelas de equitación tienen su origen en Italia sobre mediados del siglo XVI, extendiéndose posteriormente a Francia (donde fue muy relevante el perfeccionamiento y estudio de la técnica), Portugal, España y Alemania.

¿Cómo se llaman las partes más comunes de un caballo?
El tamaño del caballo, así como las distintas partes que lo componen, van a hacer que la monta sea más sencilla y cómoda. Además, sus características físicas también van a influir en su resistencia y en que tenga una mayor o menor predisposición a las enfermedades. No obstante, las partes características de un caballo de las que más se escucha hablar son:
- Cabeza, cuello y hombros: los tres elementos deben estar perfectamente compensados. Especialmente, la inclinación de los hombros va a permitir un tranco (zancada) más suave y equilibrado.
- Cruz: es la parte más alta en el lomo del caballo, situada donde termina el cuello. La cruz sirve como punto de referencia para medir la altura del caballo o alzada; que dependerá del número de palmos que existan entre la cruz y el suelo.
- Lomo: al ser el punto sobre el que se deja caer todo el peso del jinete, es esencial que tenga un tamaño medio, ni muy corto ni muy largo; ya que si es demasiado corto, el animal se tropezará con las patas delanteras, y si es muy largo, tendrá problemas para utilizar los pies.
- Ijada, cuartos traseros y grupa: la ijada, que está al final del lomo, es el punto central entre el tronco y los cuartos traseros (parte superior de los muslos); y de ella dependerá todo el movimiento. La grupa se encuentra por encima y en la parte posterior de los cuartos.
- Cinchera y costillas: es el tórax, donde se albergan los órganos vitales del animal. En la cinchera, que se encuentra por encima de la barriga, irá colocada la cincha con la que se sujetará la montura.
- Piernas, rodillas, cuartillas: las rodillas, como en los humanos, permiten la flexión de las piernas; así como las cuartillas hacen el mismo efecto que nuestros tobillos.
- Corvejones, pies y cascos: los corvejones son la parte exterior de las rodillas traseras, y permiten la extensión de las patas con mayor amplitud y flexibilidad. Los pies y los cascos (sin estar curvados ni demasiado planos) deben estar perfectamente cuidados. Hay que considerar que para trabajar al caballo, habrá que adaptarle una herradura para facilitarle el trabajo.

Colores de las capas del caballo.
El color del pelaje del caballo, llamado capa, puede variar entre una amplia gama de tonalidades que oscilan entre el gris, el marrón y el negro. También, hay que considerar que la capa no siempre tiene un color homogéneo, sino que pueden aparecer varios en forma de manchas, lunares, u ocupar zonas concretas como la cola o las crines, las manos del animal, la frente, etc. En general, los nombres más comunes son:
- Alazán: La capa oscila entre el rojo y el oro, con la crin y la cola del mismo color o algo más claras; y siempre son ojos marrones oscuros.
- Bayo: El color de base es el marrón, pudiendo variar según tenga una tonalidad más oscura, dorada o rojiza; aunque siempre con puntos negros. La crin, la cola y los miembros son de color negro.
- Castaño: Es un marrón más brillante tirando a rojizo; aunque puede ser castaño oscuro, castaño rojizo y castaño claro. La cola y la crin pueden ser de un tono más oscuro que el de la capa o de un tono lino más claro.
- Gris: Este color de la capa no es un color natural, sino que surge por algún tipo de variación en la pigmentación del animal. Podemos encontrar una mayor presencia de pelos negros sobre la capa (gris acero) o de pelos blancos (gris claro). Conforme van avanzando en la edad, la capa se vuelve más clara. También es posible encontrar un caballo albino, en el que la piel es rosada y los ojos son azules muy claros.
- Marrón: La capa, la crin, la cola, las piernas, etc, tiene un color marrón. Junto con el castaño, el negro y el bayo, es el más común.
- Negro: Se caracteriza por la homogeneidad del color negro de la capa, de los miembros, y del pelo del la crin y de la cola; aunque admite manchas blancas en la cara y en las piernas.
- Palomino: Es muy peculiar porque la capa se encuentra entre el dorado y el color canela, con las crines y la cola blancas.
 - Pintado: Tienen una base de color oscura sobre la que se extienden grandes manchas de color blanco.
- Pío: Cuenta con manchas de gran tamaño muy bien perfiladas de color blanco o negro.
- Ruano: Siempre se mezclan los dos colores de la capa y del pelo. Puede ser ruano fresa, ruano bayo y ruano azul.
- Tordo: Su capa es de color gris con pequeñas pecas o manchas oscuras que se multiplican con los años.

¿Cómo vestirse para montar a caballo?
La equitación  es un deporte que, como cualquier otro, requiere de un atuendo específico para poder desarrollarlo de la forma correcta y sin accidentes. El caballo percibe todas las sensaciones de quien va montado encima de él, y un jinete incómodo implicará un caballo en tensión. Así, algunos consejos útiles pueden ser:
- Pantalones: Han de ser ligeros y que no lleven unas costuras muy pronunciadas; puesto que al roce con la piel pueden causar irritaciones. Tradicionalmente, los britches son una especie de malla ajustada diseñada para adaptarse perfectamente al cuerpo del jinete.
- Chaqueta, camiseta o jersey: Dependiendo de la temporada del año, es necesario prever cual es la prenda que nos va a ayudar a mantener la temperatura del cuerpo y que no nos cause un calor insoportable. Hay que tener en cuenta, que el jinete estará en constante movimiento; con lo que no necesitará demasiadas prendas de abrigo. Para el invierno, son recomendables las chaquetas sin manga y los jerséis polares; y en verano, hay polos que se ajustan a la figura y dejan transpirar a la piel.
- Cascos y chalecos protectores: estos dos elementos conforman una parte esencial de la seguridad del jinete. El casco siempre ha de ser nuevo y homologado, ya que si es de segunda mano, nunca sabremos su resistencia y las veces que ha estado sometido a golpes.  En cuanto a los chalecos protectores, se están extendiendo cada vez más entre los niños; puesto que ante una mala caída, la columna vertebral estará protegida.
- Botas: para iniciarse no es necesario comprar las botas más costosas del mercado, sino que es suficiente con unas botas de goma tradicionales. Una vez que el jinete está más avanzado, puede adquirir unas buenas botas de piel  a medida o unos botines con unas polainas para colocarlas estéticamente encima.
- Guantes: unos guantes de hilo, piel o algodón son muy beneficiosos para no rozarse las manos al sujetar las riendas; que además resbalarán cuando el caballo empiece a trabajar y a sudar.

¿Cómo se coloca el equipo al caballo?
Antes de montar al caballo, han de tenerse en cuenta otros aspectos como la colocación del equipo para aprender a responsabilizarse del animal. Se ha de partir, de que el humano siempre ha de colocarse en la parte izquierda del caballo para hacer cualquier actividad desde el suelo. Una vez en ese lado, el orden de colocación sería el siguiente:
- La silla o montura: antes de poner la silla, es necesario comprobar que la cincha está colocada encima de la misma, y que los estribos están recogidos. Para ensillar al caballo, siempre desde el lado izquierdo, se ha de colocar la montura en el dorso aproximadamente a tres centímetros de la cruz. La cincha, por su parte, primero debe estar abrochada en la parte derecha de la montura, para después cogerla por debajo de la barriga del animal y terminar de ajustarla. Son muy comunes unas almohadillas (salvadorsos y sudaderos) que se colocan debajo de la montura por comodidad tanto del jinete como del caballo. En algunas disciplinas se utilizan la baticola (doma vaquera) y la sobrecincha (concurso completo) para aportar una mayor estabilidad a la montura.
- La cabezada: en primer lugar, y tras pasar las riendas por encima de la cabeza del caballo para que tenga la sensación de estar sujeto, hay que poner el bocado. Para ello, podemos ayudarnos con el brazo derecho, que sujetará la frente, y con el dedo pulgar, que nos ayudará a abrir la boca del animal. Después, se trata de pasar las orejas, una a una, por debajo de la frontalera(correa de cuero sujeta a la frente); y posteriormente, abrochar el ahogadero (correa que llega hasta la garganta) y la muserola (correa de cuero sujeta por encima de la nariz); debiendo quedar todas las correas suficientemente holgadas.
- También como complemento del equipo, para proteger las extremidades, se suelen utilizar distintas vendas y protectores de trabajo; los cuales, se colocarán siguiendo unas pautas determinadas, y avisando siempre antes al caballo para no asustarlo.
Finalmente, antes de montarse, hay que comprobar que los protectores tengan la presión perfecta, que la cincha está bien apretada y que los estribos tengan la medida adecuada. Y siguiendo estos pasos, nuestro caballo estará listo para comenzar a trabaja

¿Cómo subir y bajar del caballo?
En primer lugar, se debe guiar al caballo hasta una zona segura para poder montarse y desmontarse. En algunas ocasiones, y por comodidad, hay jinetes que prefieren utilizar un punto de apoyo para impulsarse como un taburete o un muro, o también solicitar a alguien que “le de un pie”; aunque, en realidad, resulta muy sencillo hacerlo sin ayuda externa.
Antes de montarse, es necesario comprobar que la cincha esté perfectamente ajustada y que la silla no se mueva. Para eso, desde el lateral izquierdo del animal, hay que levantar el alerón de la montura para dejar al descubierto las correas que iremos apretando progresivamente punto a punto. La clave de una cincha bien sujeta, es que entre ésta y la piel exista una distancia suficiente en la que se puedan deslizar los dedos. La cincha, que suele ser un complemento incómodo para el animal, tanto si está demasiado suelta como si está apretada puede generar un roce excesivo al caballo y causarle heridas.
También, se debe comprobar la longitud de los estribos; que se hará tomando como referencia las acciones o correas de los mismos. Si se extiende el brazo, con los dedos cerrados sobre la parte superior de las acciones, el estribo deberá caer a la misma altura que la axila.
Cuando todo esté listo, se debe colocar el pie izquierdo sobre el estribo y, sujetando las riendas con la mano izquierda y la parte exterior de la montura con la derecha, hay que coger impulso inclinando el cuerpo ligeramente hacia adelante para una mayor agilidad al pasar la pierna derecha por encima del caballo (sin golpearlo). No hay que olvidar, que al sentarse, hay que hacerlo despacio para no asustarlo. Para bajar del caballo, simplemente hay que inclinarse hacia el cuello del animal, y soltar los estribos para pasar la pierna derecha por encima del caballo y caer en el suelo sobre las punteras de las botas.

¿Cómo mantener el equilibrio sobre el caballo?
Uno de los elementos que provocan el nerviosismo del jinete y del caballo es la rigidez. Estos animales, llegan a notar todas las sensaciones de quien va sentado encima; con lo que hay que estar perfectamente relajado y colocado para resultar todavía más ligero.
Las riendas deben sujetarse correctamente: los dedos irán doblados agarrando las riendas, excepto el pulgar que se mantendrá extendido como punto de apoyo sobre el dedo índice. Otra peculiaridad, es que los meñiques se colocan por encima de la rienda para que pasen entre éste y el dedo anular.
En cuanto al equilibrio, es básico que la espalda esté recta; pero no tensionada como un mástil ni encorvada. Si logramos dejarnos caer correctamente sobre el animal, cuando el caballo se mueva lograremos que nuestra espalda y caderas lo hagan suavemente con él. Tampoco es recomendable echarse hacia adelante o dejarse cae hacia atrás cuando el caballo comienza a moverse; es recomendable permanecer sentado en la montura dejándonos llevar.
Las medidas en la equitación son muy importantes, lo que se explica porque en el caso de unos estribos cortos o largos, impedirán una monta correcta. Si la medida de las correas es la adecuada, la posición consistirá en colocar las plantas de los pies sobre el estribo con las puntas de las botas más arriba que los talones, aunque no se trata de forzarlos. La posición de los estribos también ayudarán en la colocación de las piernas: las rodillas no deben estar hacia fuera, sino que deben estar en contacto con la montura suavemente.

Cuidados del caballo (I): clases de mantas
El caballo, como cualquier animal, dispone de una capa de pelo que lo protegerá de los cambios bruscos de estación. No obstante, si se encuentra estabulado, la sensibilidad de su piel ante las temperaturas será mayor. Por ello, se han diseñado distintas clases de mantas según la utilidad que les vayamos a dar:
- Mantas de trabajo: se colocan por debajo de la montura, y van a servir para mantener la grupa y los riñones del animal a una temperatura óptima durante el invierno.
- Mantas de paseo: son más sofisticadas. Cuentan con ribetes trenzados que suelen ser de color dorado; y suelen utilizarse en ocasiones especiales.
- Mantas de cuadra: el caballo pasará bastantes horas con la manta puesta, con lo que no debe ser demasiado gruesa ni pesada para dejar que pase el aire y no se resude (genere una humedad excesiva) el animal.
- Mantas de verano: son unas mantas mucho más ligeras, y se encargarán de proteger al caballo contra las moscas y el polvo del exterior.
- Mantas de invierno: además, de tener un grosor suficiente para actuar como aislante térmico, ha de ser transpirable e impermeable.
- Mantas para el sudor: se trata de una manta de rejilla que va a permitir el secado del pelo del caballo, pero sin que pase frío después del trabajo o cuando va a viajar.
La gran diferencia entre las mantas radicará en su composición a partir de fibras naturales o artificiales; que van a determinar la facilidad o dificultad para el lavado de las mismas y la transpiración que proporcionarán a la piel del caballo. Además, a la hora de escoger una manta, hay que considerar la talla del caballo (distancia entre el centro del pecho y el final de la grupa).

Cuidados del caballo (II): soltarlo en el prado
La naturaleza del caballo, como la de cualquier otro animal, hace innato en él su desarrollo en libertad sin necesidad de estar estabulado. Soltar a un animal de estas dimensiones al campo, aumenta el ejercicio físico que va a practicar; puesto que se moverá y descansará cuando lo considere oportuno sin tener que esperar a que lo saquen de la cuadra.
No obstante, para un correcto desarrollo, es necesario que disponga de hierba suficiente para alimentarse durante todo el tiempo que esté suelto; y que, a la vez, no engorde demasiado y deje de estar en forma. De esa manera, para que siempre esté sano, hay que tener en cuenta una serie de normas:
1- Asegurarse, por lo menos una vez al día, de que todo está bien: hay que revisar que ninguna de las extremidades tenga heridas. También, hay que comprobar que los cascos y las herraduras no estén dañados; y verificar, que el abrevadero esté correctamente conectado a la red y que recicla cada cierto tiempo el agua. Además, algunos síntomas en el caballo nos dejarán ver que algo no va bien. Este es el caso del pelo erizado, que nos avisa de que el animal está pasando frío.
2- Considerar bien los cambios que experimenta durante las estaciones: en verano, resulta especialmente importante regular lo que comen; mientras que en invierno, es necesario proporcionarles grandes cantidades de alimentos para que no pierdan el calor.
3- Trasladarlo por temporadas a la cuadra: esto hará que tengamos la certeza de que está bien alimentado; ya que combinaremos el heno que come en el prado con el pienso que le damos en la cuadra.
4- Cuidar correctamente los pastos y comprobar regularmente el estado de las vallas: si hay varios caballos pastando en el mismo lugar, hay que tener en cuenta que debe haber comida suficiente para ambos. Además, son devoradores compulsivos, con lo que es recomendable dividir el prado para dejar que la hierba vaya recuperándose. Es esencial, que disponga de algún lugar para refugiarse de las inclemencias del tiempo.
Aunque el caballo esté suelto, debemos cogerlo a menudo y trabajar con él. Antes de comenzar, es necesario limpiarle los cascos y cepillarlo por encima.

MUCHO OJO CON ESTOS ERRORES.

Error 1 - Suponer que uno puede subirse a cualquier caballo y montarlo sin más.
No todos los caballos son iguales. A algunos puedes subirte y simplemente montar. Algunos son novatos y puedes resultar herido fácilmente si tienes poca o ninguna experiencia. Los que son fáciles de montar son los caballos más viejos. Han sido montados muchas veces y están dispuestos a perdonar los errores de los jinetes principiantes. Los caballos jóvenes son los más difíciles de montar a menos que hayan sido desbravados.

Error 2 - Suponer que la técnica de un entrenador de caballos es la única forma de adiestrar a un caballo.
Cuando los propietarios novatos comienzan a tener problemas con su caballo buscan respuestas. En primer lugar acuden a los libros. Cuando el autos del libro explica una técnica el lector asume que puede hacerlo cualquiera. Pero cuando no pueden adiestrar a su caballo con esa técnica dan por hecho que el caballo es tonto o que no es apto para ser entrenado. Lo que un propietario de caballos novato necesita saber es que hay un montón de formas de adiestrar a un caballo para que haga algo. Si intenta algo y no funciona, intente otra cosa.

Error 3 - No montar suficientemente al caballo.
Los nuevos propietarios de caballos experimentan problemas con sus animales no porque el caballo de repente se vuelva arisco sino porque no lo montan lo suficiente. Lo mejor que puede hacer para tener un buen caballo es montarlo, montarlo y montarlo. No lo monte tan solo una vez cada dos semanas. Los caballos necesitan ser montados frecuentemente para que se conviertan en buenos caballos para la monta.

Error 4 - Pensar que un problema con el caballo es culpa del caballo.
Aunque un caballo puede tener algunos problemas, estos son típicamente consecuencia del propietario. Raramente se encuentran problemas en un caballo, es más probable que se deba a problemas del jinete. Por ejemplo, si no puede subirse a un caballo y montarlo fuera de casa es probable que se deba a que no tiene control sobre él. Puede establecer este control mediante diversas técnicas.

Error 5 - No entender como piensan los caballos
Los caballos no piensan como los perros o los gatos. Entre los animales son las presas, lo que significa que huyen de las cosas que les aterran. Tienen miles de años de instinto para la fuga estructurado en su cerebro. Un entrenamiento de éxito conlleva paciencia y entender que son naturalmente asustadizos.

Error 6 - No saber que cada interacción con un caballo es un ejercicio de entrenamiento.
Cada vez que interactúa con su caballo está entrenándolo. Incluso si su caballo está bien adiestrado y enjaezado, está entrenándolo cada vez que use las riendas. Incluso cuando lo mime y acaricie, lo está entrenando. Los dueños novatos de caballos han de pensar que van a hacer con su caballo cuando estén trabajando porque pueden estar inconscientemente afectando al comportamiento del caballo.

Error 7 - Montar un caballo con poca o ninguna conprensión de lo que es destreza para la equitación.
Un típico propietario novato de caballos montará sus caballos sin tener conocimientos sobre las habilidades para la monta. Es importante comprender las técnicas de la monta porque los caballos reaccionan a la presión de las piernas, a como se siente en la silla de montar, si está o no tenso el jinete y un montón de cosas más.

Los caballos necesitan ser comprendidos por el propietario para tener éxito. Lo mejor que un dueño novato de caballos puede hacer es aprender a montarlo, aprender cómo piensan los caballos, aprender que funciona bien para moldear el comportamiento de su caballo, y entender que la constancia montando un caballo es la única cosa que mejor puede hacer que tenga un buen caballo.