Así veo lo de "COSAS" (II).

© Victoriano Rodríguez Dávila.

 El culebrón al que se asiste en “COSAS”, motivado fundamentalmente por la actitud y el proceder de ciertas personas, la irrupción de no sé cuantos administradores a dedo y el desbarajuste consiguiente en el grupo, podría ser analizado simplemente como una anomalía más de las muchas que hasta hace unos días han existido y que al de hoy, gracias, a la buena voluntad de una compañera se han aparcado y el grupo continua en marcha. No obstante, y analizado el caso en clave temporal y popular , se podría llegar a defender la idea de que la ola expansiva generada por estos osados intentos de desestabilización, complejos e indefinidos, iría más allá, insertado todo en un amplio y profundo proceso de creciente deslegitimación de quien hasta ahora administró el grupo obviando la democracia y un funcionamiento adecuado y es que siendo esta forma de hacer incapaz de satisfacer a muchos de sus miembros y de dar respuesta a los deseos de participación, deshacer entuertos y respeto hacía de todos y entre todos, cuestiones que por otra parte se hubieran consolidado con fuerza y armónicamente si no se hubiera encumbrado a nadie cuando empezaron los barruntos de actitudes prepotentes, manipulaciones, recelos … que fueron denunciados en su día y sin dar la cara quienes un día sí y otro también, a través de mensajes privados, nos acusaron a los “denunciantes” de desestabilizadores. En este sentido, cada vez es mayor el alejamiento entre los miembros del grupo y la toma de las decisiones importantes; cada vez es más notoria la escasez democrática y de participación; cada vez es más evidente la primacía de ciertas personas y la censura, cada vez, también, se constata la deslegitimación en la que han caído sus acciones y propuestas como instrumento de unión y vehículo de defensa transformador. Así, el modelo de funcionamiento está siendo cada vez más cuestionado, y la gente llega incluso a entender el entramado “manipulador” generado en torno a dicho modelo como algo contraproducente e incluso un avance del entierro de “COSAS”. En esta clave se entiende que algún que otro de los más significativos miembros de “cosas”, propogan nuevas formas de participación al margen del enfoque de iniciativas y alternativas factibles, incluso llegando a enfrentarse con la pura realidad. Al mismo tiempo, se observa que son diferentes los movimientos que están protagonizando, las luchas internas se aglutinan en torno a nuevas agendas y nadie se atreve a decir al “pan pan y al vino vino”, por no caer en la contradicción de señalar como causa del problema lo que en su día se barruntó y denunció por parte de otros compañeros e hicieron oídos sordos. Casi nunca hubo contestación a este funcionamiento y democracia devaluada, valiosos miembros del grupo se retiraron. Gentes, formas de organización y actuación, que lo desbordaban todo, han llevado a “cosas” a esta situación. No obstante, el cansancio y la desidia frente a este modelo injusto parece en “stand bay”, y la necesidad de sustituirlo por otras formas de entender y hacer las cosas, de funcionar, de participar y ejercer el poder, que los demás otorgan, se pospone para el verano cuando ya en la reunión del "Grego", algunos creiamos conveniente aclarar estas y otras cosas, mal vimos el asunto entonces, el tiempo nos ha venido a dar la razón y la realidad, confirmar los que barruntos. Por ello, se deben extraer lecciones que preparen el futuro de la mejor manera posible. Asistimos en la actualidad, socialmente, a un proceso de devaluación de la ya de por sí devaluada democracia. Por un lado, vemos como personas de pensamiento afín se unen para garantizar la continuidad a sus intereses y formas de dirigir la sociedad. Esta unión es algo a lo que se asistirá cada vez más a menudo, intentando frenar los vientos del cambio; por otro lado, la manipulación, la criminalización de las diferencias parecen ir en aumento, al mismo ritmo que las desigualdades en el trato aumentan y el intento de mantener sus privilegios, cueste lo que cueste, incluso a través de familiares, también. No podemos perder de vista esta realidad cada día más presente y “COSAS” no es ajeno a esta situación tal que grupo inmerso en la sociedad que lo conforma , nuestro querido pueblo, Quintana. Ante esto, se debe extraer una lección fundamental de este diagnóstico: el juego de dimes y diretes, vía mensajes internos, pese a mantenerse en la actualidad cuenta con profundas grietas, desavenencias y desencuentros entre quienes utilizan esta práctica, además este juego está profundamente deslegitimado y cada vez más crea desconfianza, por lo que vez se practica menos. Si se contenta con priorizar básicamente la estrategia de quien es o no administrador, siendo lo menos importante del asunto, y que no se hable de otras cuestiones, se piense en que hay intereses políticos, hagan mártires a quienes con su actitud, prepotencia, orgullo y arrogancia … , se corre el riesgo de acabar como los músicos que seguían tocando cuando el Titanic se hundía. Se debería pretender ganar jugando sólo -o sobre todo- a un juego en el que nadie haya amañado las cartas, cuando cada vez parece más claro que los campos donde se producen los cambios son múltiples y diversos, y donde las cartas son también diversas. A cierta gente le vale con votos virtuales para administrar o nombramientos a dedos y mantener el poder aunque sea entre bambalinas, a otros les hacen falta algo más que votos: les falta convencer, formar, proponer alternativas; les falta acumular fuerza. Esas deben ser las cartas, ese es el juego, y eso no sólo, ni fundamentalmente, se hace desde la buena voluntad, aunque también. La ola que pudiera arrasar este modelo de funcionamiento y baja intensidad democrática puede no distinguir entre agentes, incluso podría llevarse por delante a aquellos más honestos y de buena voluntad, si no son capaces de entender el momento y ampliar sus miras. Por ello se deben cambiar estructuras y agrandar la democracia: en primer lugar, priorizando de manera estructural y permanente la puesta en marcha democracia directa y participativa, siendo importante el qué y el cómo, y sin miedo al resultado; en segundo lugar: fomentar la desobediencia activa ante cualquier intento de dirigismo y manipulación; en tercer lugar, y de manera estratégica, dedicar esfuerzos, recursos y tiempo a la articulación de movimientos, generando espacios y agendas de confianza y entendimiento real. En definitiva, superar y desbordar, antes de que se desborde todo, los estrechos marcos de este entretenimiento, ofreciendo formas de consenso, compromiso y cumpliéndolas. Salud, memoria y república compañero@s.