Cuento popular extremeño.

EL CUENTO DEL LOBO.

Había una vez un lobo que se levantó una mañana y según se sentó en la cama pa levantarse, le dio tres estallidos el rabo y dijo: “Buen día de caza hoy. Esta es buena señal. Voy a irme ahora mismo de caza”. Entonces se fue por el campo y nada más salir al campo se encontró con dos carneros que se estaban peleando. Y dijo el lobo ¿qué pasa, qué pasa aquí que hay pelea? - No, es que mi padre nos ha dejao esta cerca y mi hermano la quiere pa él y yo la quiero pa mí… - Y dice el lobo: pues lo más justo es que sea pa los dos. Pues yo me voy a poner en el medio de la cerca…Pero vamos… Y vosotros, el primero que llegue…es pa él. Si vosotros no la queréis partir a medias…el primero que llegue donde yo estoy…pos pa él. Y con el otro pos ya veremos, porque yo no he desayunao. Y entonces el lobo se puso en mitad de la cerca, los carneros se fueron cada uno a un extremo. Empezaron a correr y pillaron al lobo en mitad de … , de los dos, y lo dejaron al pobre allí tumbao, hecho polvo …Cuando llegó se escaparon, claro, los c…. Se despierta el lobo,…se desatonta, porque se quedó to atontao. - ¡Ay!, ahora me duele todo. Empezó a andar y llegó,… un poco más adelante se encuentra una yegua con un potrillo, muy finito y dice: - ¡Hombre¡ ¡Buenos días¡: Lo justo, justillo. Cabal, cabalillo. La libra a la madre y la ….al potrillo. Y yo no he desayunao. Así que ya sabéis lo que quiero decir. La yegua dice: ¡Hombre¡ Señor lobo es muy justo que desayunes y que desayunes con nosotros si es lo primero que te has encontrao. Pero yo creo que hay un problema y es que en una pata tengo una espina que me he clavao, terrible, y te va a hacer daño. Capaz de que te haga un agujero en las tripas si me comes con la espina esa…Dice: ¡Bueno, bueno!. Yo creo que es mejor que primero me saques la espina. - Vale, vale, vale, pero rápido porque yo tengo mucha hambre. Puso la pata parriba la yegua y cuando fue a sacarle la espina le pegó una coz y lo dejó sin dientes y hecho polvo. Y se escapan, claro. Echan a correr. Y entonces el lobo, sigue, se repone y sigue andando. Y llega cerca del río a un molino que había por allí. Y se encuentra a una guarra con siete guarrinos. Y dice: ¡Hombre¡ (también dijo una frase así que es que no me acuerdo) Total que les dice que se los va a comer pa desayunar. Bueno, ya pa comer, porque se le había hecho muy tarde entre unas cosas y otras y no había comido nada y que tenía un hambre feroz y que se los iba a comer… Entonces la cerda le dice que, hombre, que como se los va a comer así, sin bautizar ni nada, que no estaban cristianaos y entonces que se le iban a indigestar y que tal… que, porque allí en el molino, en la acequia del molino no cristianaban a los cerdos. -Bueno, pues venga, venga, rápido, porque ya no aguanto más. A ver cómo hacemos. Dice la cerda: pues lo mejor es que usted se ponga en el brocal. Yo le voy dando los cerdos, usted los va bautizando y contándolos, uno, dos, tres…Y ya desque le da el séptimo la cerda le pega un hocicazo al lobo y lo tira a la acequia del molino y se escapan los cerdos y el lobo se queda por allí . Ya, cuando consigue salir de allí, mojao, maltrecho todo de tantos avatares que había tenido a lo largo del día y se pone allí debajo de una encina, así apoyao en el tronco, y a lamentarse de que quién lo habrá hecho a él repartidor de tierras, sacador de espinas, y bautizador de cerdos. Que más valiera que viniera un rayo del cielo y lo matara, porque ya según estaba, pos no…le compensaba seguir viviendo. Entonces un leñador que estaba en lo alto, que lo oyó, dejó caer el hacha, lo mató y colorín, colorao…