El flamenco. Las alegrías de Cádiz

Iniciamos la subida de algunos vídeos de flamenco y lo voy a hacer con un palo, alegrías cantadas por un joven cantaor gaditano del barrio La Viña, muy flamenco y más carnavales.Para todos los que les gusten el cante con ustedes David Palomar.



 


 Alegrías de Cádiz. Este documente pertenece a la de la página HORIZONTE FLAMENCO. El nombre de este estilo de cantiña vienede lo que el mismo término indica: alegría, alborozo, fiesta. Antonio Machado y Alvarez (Demófilo), en su conocida obra "Colección de Cantes Flamencos" (Sevilla, 1881), escribe: "Al lado del hombre de sentimientos delicados que goza con la música triste de la seguidilla gitana o levemente melancólica de la soleá, existe el espíritu alegre y bullicioso, que va a recrearse con la música, también retozona y alegre, de ese infinito número de composiciones, puramente andaluzas, conocidas con el nombre de juguetillos o alegrías". Constituye el estilo flamenco que de forma más exacta expresa el sentir del entorno gaditano. Existe la opinión general coincidente de que las alegrías se configuran musicalmente en el entorno geográfico de Cádiz en el primer cuarto del siglo XIX, y que el impulso para el nacimiento de este estilo tuvo su motivo en la emigración aragonesa hacia Cádiz, en el periodo de la Guerra de la Independencia. El hermanamiento de gaditanos y aragoneses ante el invasor francés dio como fruto el nacimiento de la que se ha denominado "jota de Cádiz", que se aflamencó bajo el influjo del ritmo de la soleá. Este proceso de aflamencamiento, en opinión de Molina y Mairena debió iniciarse a mediados del siglo XIX, ya que la soleá aparece alrededor de 1850, en Triana. Aunque el compás de las alegrías es similar al de la soleá, es más ligero que el de este último estilo. Siguiendo a Julián Pemartín las alegrías, de ordinario, se inician con el temple de un farfulleo muy característico, que suena así: Tirititrán, tran , tran Tirititrán, tran , tran Tirititrán, tran, tran Tirititrán, tran , tran Después viene una estrofa octosilábica con cuatro versos, que se convierten en cinco al SALIR por el segundo, que SE DICE DOS VECES: Que cuerdas tiene un navio aunque me den más balazos que cuerdas tiene un navio no se han de romper los lazos entre tu querer y el mio. Esta estrofa de entrada sirve de apoyatura a una segunda copla que LEVANTA el cante y en la que reside la fuerza y VALENTÍA del mismo. Que le llaman relicario A Cai no le llaman Cai que le llaman relicario porque tiene por patrona a la Virgen del Rosario. Y, por fin, llega el remate con los mencionados juguetillos: Tienes los dientes Tienes los dientes que son granitos de arroz con leche. Se atribuye al gaditano Ignacio Ezpeleta la creación del tercio de preparación o farfulleo con el que se inician las alegrías. La salida de Ezpeleta se popularizó, sobre todo a partir de Manolo Vargas, que creó un cante por alegrías más corto y ligero, de tercios ligados. Aurelio Sellés y sus seguidores hicieron unas alegrías de compás más lento, consideradas como las alegrías más clásicas. Al decir de los entendidos las alegrías de Aurelio de Cádiz seguian la línea melódica que implantó Enrique el Mellizo, aunque se ha discutido que este genio gaditano del cante, dominador de los cantes básicos, fuera cultivador eminente de las alegrías. Algunos autores han asignado ese mérito a Enrique Butrón, señalando que fue quien fijó la forma flamenca de este cante. Aparte de los citados, en los últimos años los mejores intérpretes de este cante han sido Pericón de Cádiz, Chato de la Isla, Fosforito, La Perla de Cádiz, Chano Lobato, Camarón de la Isla y Juanito Villar, entre otros. En los tiempos de los cafés cantantes bailaban las alegrías figuras como Juana La Macarrona, La Malena, La Mejorana y Gabriela Ortega, entre otras grandes bailaoras, ya que estos cantes funcionaban como soporte musical para los cuerpos de baile. Hoy en día es un estilo que no suele faltar en los repertorios de las figuras del baile. Más adelante, lo que en principio fue un cante para bailar se desdobló, convirtiéndose también en cante para escuchar. Desde su creación en el siglo XIX y hasta buena parte de principios del siglo XX, las alegrías se emplearon como prototipo de cante festero, función que pasaron, ya en pleno siglo XX, a las bulerías y a los tangos.